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domingo, 9 de diciembre de 2012

El sol no es suyo de momento


Después de toda la mañana entre autobuses
el 32, el 71, el 20, el 18…
en hileras grises
como elefantes viejos.
Hacia las tres y poco
la tarde ya ha virado violentamente a lunes
se ha puesto absurda y peligrosa
como el centro de una circunvalación.

Una tarde
erizada de abrigos y de números.
metálica, insignificante
tan gris que parecía diseñada
por un administrador de fincas.

Después, horas después,
casi atardecida  la  esperanza
he vuelto a casa
y al mirar por la ventana
(ha sido de repente)
la explosión de una sandía
te lo juro,
el cielo de diciembre restallante  
con cincuenta lamparones de agua roja

Yo  he contemplado el espectáculo inmóvil
 mientras tú me decías no sé qué desde la ducha.

Aquel cielo de sandía, tu casa 
tú en la ducha
ha sido 
como el dulcísimo sabor 
de una mínima venganza.





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